Introducción:
Los gatos son expertos en ocultar el dolor o el malestar. Por eso, es fundamental prestar atención a pequeños cambios en su comportamiento o aspecto físico. En este consejo te contamos qué señales pueden indicar que tu gato está enfermo y cuándo es momento de ir al veterinario.
Cambio en el apetito o peso
Si deja de comer, come menos o notás que baja de peso sin motivo, puede ser síntoma de problemas digestivos, hormonales o renales.
Vómitos o diarrea persistentes
Ocasionalmente puede pasar, pero si es frecuente o va acompañado de letargo, consultá urgente al veterinario.
Ocultarse más de lo normal
Si tu gato empieza a esconderse o se vuelve menos sociable, podría estar sintiendo dolor o malestar.
Pelaje opaco o desaliñado
Los gatos sanos se acicalan con frecuencia. Un pelaje sucio o enmarañado puede indicar fiebre, dolor o depresión.
Cambios en la conducta al orinar
Usar lugares inapropiados, ir seguido a la caja sin orinar o hacerlo con dificultad puede ser un signo de cistitis o problemas renales.
Respiración acelerada o tos
Las afecciones respiratorias en gatos no siempre producen estornudos. Si respira con dificultad, necesita atención médica inmediata.
Letargo o inactividad
Un gato que duerme más de lo normal, no juega o no responde a estímulos puede estar enfermo o con fiebre.
Observá con atención y registrá cambios.
No automediques a tu gato.
Consultá con un veterinario cuanto antes.
Si podés, llevá una muestra de orina o heces si hay problemas gastrointestinales.
Detectar una enfermedad a tiempo puede marcar la diferencia. Tu gato no puede decirte que se siente mal, pero su cuerpo y conducta sí lo hacen.
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