Aunque el acuario pueda parecer solo un adorno, en realidad es un ecosistema delicado. Cada especie de pez tiene requerimientos específicos de agua, y uno de los factores más críticos es el pH: un desequilibrio puede provocar estrés, dificultad para respirar, enfermedades e incluso la muerte. Por eso, mantener el pH estable no es opcional, sino esencial.
Medí el pH regularmente con tiras reactivas o kits de prueba específicos para acuarios.
Informate sobre el rango ideal de pH según las especies que tengas (no es igual para todos).
Evitá cambios bruscos al hacer recambios de agua. Hacelo de forma gradual y con agua acondicionada.
Usá productos reguladores de pH solo si sabés cómo hacerlo y cuándo es necesario.
Incorporá plantas naturales, que además de decorar ayudan a estabilizar el entorno acuático.
Consejo final: El agua es la vida de tus peces. Monitorearla con atención es la mejor forma de cuidarlos y disfrutar de un acuario sano y armonioso.