
Los carpinchos avanzan sobre las urbanizaciones
En los últimos años, los carpinchos (Hydrochoerus hydrochaeris), el roedor más grande del mundo, han incrementado su presencia en barrios cerrados y zonas suburbanas del noreste argentino, especialmente en áreas cercanas a humedales y reservas naturales.
El fenómeno se ha vuelto frecuente en localidades como Nordelta, donde los carpinchos deambulan libremente por calles, jardines y lagunas artificiales, generando sorpresa y polémica entre los residentes.
Causas del desplazamiento
El avance de las urbanizaciones sobre los humedales, su hábitat natural, ha obligado a estos animales a desplazarse y adaptarse a nuevos entornos. Además, la cercanía de espejos de agua y la vegetación abundante en estos barrios privados replican las condiciones de sus ecosistemas originales.
Según un informe de la Fundación Humedales, el 85% de los humedales de la cuenca del Río Luján han sido alterados o fragmentados en las últimas dos décadas. (fundacionhumedales.org.ar)
Comportamiento y riesgos
Si bien son animales pacíficos y herbívoros, los carpinchos pueden generar daños en jardines, obstruir calles o provocar accidentes de tránsito menores. Además, es importante recordar que, al ser fauna silvestre, no deben ser alimentados ni domesticados.
La mirada de los especialistas
“El caso de los carpinchos es un claro ejemplo de conflicto socioambiental por falta de planificación urbana”, sostiene la bióloga Florencia Gismondi, integrante de la Asociación Argentina de Ecología. “Los carpinchos no invadieron, son las urbanizaciones las que ocuparon su espacio natural”.
Conclusión: ciudades y naturaleza en equilibrio
La situación de los carpinchos en las urbanizaciones refleja la necesidad urgente de proteger los humedales y repensar el desarrollo inmobiliario en zonas de alto valor ecológico. La convivencia respetuosa con la fauna local es posible si se prioriza la conservación.