
Eligió morir con dignidad antes que separarse de su compañero: la historia de Juan y Sultán
El invierno en Mendoza no da tregua. Con temperaturas que rozan los 0 °C durante la noche, las calles se convierten en lugares hostiles para quienes no tienen techo.
Allí vivía Juan Carlos Leiva, un hombre de 51 años que desde hacía tiempo dormía en la vereda de un edificio céntrico, acompañado por su perro Sultán, su único compañero y sostén emocional.
No estaba solo. Varios vecinos y empleados del edificio intentaban ayudarlo con abrigo, comida y afecto. Pero Juan rechazaba ingresar a un refugio porque no podía llevar a Sultán con él. “¿Cómo voy a dejarlo solo?”, repetía, incluso mientras la salud se le deterioraba.
❄️ El frío como enemigo, la lealtad como escudo
Durante semanas, Juan luchó contra un cuadro gripal agravado por el frío, el abandono y sus enfermedades crónicas. Aunque su cuerpo ya no resistía, su voluntad seguía firme: no pensaba dejar a su perro atrás, ni siquiera si eso significaba su vida.
Finalmente aceptó ir al hospital cuando una vecina, María, le prometió cuidar a Sultán. Pero ya era tarde: el 4 de junio, Juan murió internado por un paro cardiorrespiratorio.
Sultán, en cambio, fue rescatado y hoy vive en un hogar con calefacción, camas mullidas y otros perros adoptados. Su historia no terminó en la calle. Pero la de Juan, sí.
🏚️ El debate que no puede esperar
Esta tragedia revela una realidad que suele ser ignorada: la mayoría de los refugios para personas en situación de calle no aceptan mascotas. Y eso representa una barrera insalvable para quienes consideran a su perro o gato como su única familia.
En la calle, los animales no son solo compañía. Son protección, afecto, calor y contención emocional. Son familia. Pedirle a alguien que los abandone para acceder a un techo no solo es cruel: es inútil. Muchas personas simplemente no lo hacen, aunque eso signifique dormir bajo cero.
💬 ¿Qué podemos hacer?
Desde MásMascotas creemos que la inclusión de mascotas en políticas sociales y de emergencia es urgente.
Necesitamos:
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🐶 Albergues pet-friendly, con protocolos de higiene y seguridad.
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🧑⚕️ Asistencia veterinaria gratuita para personas en situación de calle con mascotas.
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🧣 Campañas de abrigo conjunto: para humanos y animales.
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🗣️ Visibilización. Porque no se puede mejorar lo que no se nombra.
🌱 Una promesa que se cumplió
Juan Carlos no murió solo: murió con la certeza de que alguien iba a cuidar a su perro. María cumplió su promesa, y hoy Sultán duerme calentito, en un hogar que lo respeta y lo cuida.
Pero esta historia no puede repetirse.
Que su muerte sea una llamada de atención, no una anécdota más.
Porque ninguna persona debería tener que elegir entre su vida… y su mascota.